En un mundo lleno de continuas transformaciones, la industria tecnológica está inundando nuestra vida con diversas aplicaciones o herramientas, desde las plataformas de aprendizaje en línea, hasta plataformas que facilitan ( o no) la forma en la que socializamos con nuestra familia, pareja y amigos. Pero parece que los profesores obviamos este hecho y preferimos hacer el papel de "polis malos" intentando mantener la innovación fuera de las aulas. En una reunión de profesores hace un par de meses, uno de ellos menciono: "¡El aula no es lugar para un móvil!". ¿Y porque no?. Hace un par de cursos que intento hacerlo. En primer lugar, el profesor debe tomar un enfoque diferente y animar a twittear en las clases. La sesión podría convertirse en una distendida charla, pidiendo a los estudiantes sus opiniones y reacciones a través de Twitter, tanto durante la clase como haciendo lecturas en casa. Como una versión moderna de los resúmenes o conclusiones obtenidos de las lecturas que como profesores alguna vez asignamos. ¿A caso en los congresos no se logran debates cuando se muestra el timeline ante todos los asistentes? Es cuestión de facilitar una conversación en vivo mediante el flujo de tweets.
Cathy Davidson escribe en su libro Now you see it: How Technology and Brain Science Will Transform Schools and Business for the 21st Century:
Todo lo relacionado con la escuela y el trabajo en el siglo XX, fue diseñado para crear y reforzar unas estructuras y espacios separados; culturas separadas, con funciones distintas, espacios separados para la vida personal, el trabajo, la vida privada, la vida pública, y con un sin fin de divisiones. Pero entonces llegó Internet y el trabajo ligado a un ordenador. Entonces 15 años después de la revolución digital, una máquina ha servido para conectar nuestra vida personal, social, laboral, e incluso nuestra vida sexual, estructuras o espacios claramente separados anteriormente, con el menor solapamiento posible.
Gallego Arrufat (2001), menciona la idea de que descubrir el potencial de las nuevas tecnologías es una tarea propia de cada educador que, lógicamente, será favorecida a través del desarrollo de la formación en la carrera, la educación permanente y la continua, tanto de modo individualizado como colegiadamente. Las potencialidades de comunicación, información, reflexión y análisis que presentan tanto los juegos digitales como los dispositivos móviles, pueden enriquecer y facilitar, en buena medida, la formación práctica de los estudiantes. Es un hecho que el uso de internet presenta un papel decisivo en la sociedad como servicio y medio de acceso a la información y comunicación, y resulta incuestionable su relevancia en el ámbito educativo aunque su incorporación continúa siendo un reto sometido a diversos condicionantes: dotación y actualización de recursos, posibilidades de manejo técnico de los usuarios, etc.
Es seguro, que mis estudiantes seguirán enviando mensajes por Whatsapp durante la clase aunque esto este prohibido. Todos lo hemos hecho, aunque algunos lo hicimos con pequeñas piezas de papel. Por esto creo que lo mejor es educar a los estudiantes para el mundo en el que actualmente vivimos, y eso implica aprender múltiples tipos de pensamiento y de comunicación. No quiero que mis estudiantes vean la realidad en red y la realidad académica como extremos opuestos, y quiero que aprendan cómo llevar una perspectiva inteligente, crítica y reflexiva de todas las formas posibles. En la era de los dispositivos móviles, el sistema de representación antiguo ya no es óptimo para el aprendizaje.
Ruth Contreras
Gallego Arrufat, M.J. (2001). El profesorado y la integración curricular de la nuevas tecnologías. En: ÁREA, M. (Coord.). Educar en la sociedad de la información. Bilbao: DESCLÉE, 2001. p. 383-407.
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