Discurso realizado el 13 de octubre de 2020 en el consulado de México en Barcelona, con motivo de la entrega del Reconocimiento Mexicanos distinguidos 2020 a Ruth S. Contreras Espinosa
Ministra María Teresa Rosas, ministro Adrián Michel Espino, Cónsul Joaquín Catalá Guerrero, miembros del Consulado de México en Barcelona, familiares y amigos. Es para mí un gran honor recibir el reconocimiento “Mexicanos distinguidos” 2020. Me siento honrada, orgullosa y feliz y por ello quiero agradecer al Consulado de México en Barcelona y a la embajadora de México en España María Carmen Oñate, por haber tomado en cuenta mi candidatura.
Haciendo un breve recorrido por mis 22 años de profesión, me considero afortunada, pues he tenido la posibilidad de combinar áreas en las que creo firmemente y que me han permitido escalar en mi profesión: investigación, innovación y docencia. La investigación lleva a la innovación, y a transferir soluciones a las empresas, la innovación y la transferencia generan nuevas preguntas de investigación y los investigadores debemos dar respuesta a esas preguntas.
Mis primeros contactos con la investigación tuvieron lugar en la Universidad de Guadalajara en México, en donde estudié la licenciatura. Allí hice mis primeras aportaciones a un equipo de investigadores en el Instituto de Estudios sobre Centros históricos en el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño. Me di cuenta del reto intelectual que suponía investigar en un entorno altamente competitivo, y aprendí también, que para formar parte de un equipo de investigación se requiere de ideas, capacidad, formación y de ser metódico en el trabajo.
En septiembre del año 2000, llegue a la ciudad de Barcelona. Mi objetivo era doble, por un lado, pretendía formarme y obtener un grado de especialización y, por otro, quería aplicar esos conocimientos. Me incorporé a la Universidad La Salle para estudiar un máster en producción multimedia y paralelamente me matriculé a un doctorado en Ingeniería Multimedia en la Universidad Politécnica de Cataluña. Ahí pude combinar tareas de investigación para abrir nuevos caminos y aplicar mis conocimientos en la docencia. Esto se tradujo en mis primeros trabajos con estudiantes y participación en mis primeros proyectos como investigadora. Los comienzos suelen ser difíciles, pero mi reto era escalar, mantener la actividad científica e incorporarme a nuevos equipos de investigación. En aquel momento se estaban gestando importantes cambios en el mundo de la tecnología y esto impactaba en el mundo de los videojuegos. El mercado de los PC dominaba el mercado y triunfaban los videojuegos de estrategia. Si hay algo que caracteriza a la industria del videojuego del siglo XXI es su rápida transformación en una industria de dimensiones inimaginables y que es un campo multidisciplinar que abre espacios para todo interesado. Es por ello que pude empezar mi camino en este mundo en el desarrollo e investigación de videojuegos educativos. Gracias al Dr. Lluis Solano y al Dr. José Luis Eguia trabajé por 8 años en la colección de videojuegos “Personatges en joc”.
Los eventos científicos internacionales entre 2003 y 2010 eran los foros en los que se debatían las últimas ideas en tecnología y aplicaciones en juegos, y donde surgían temas de investigación que posteriormente fueron incluidos en los programas Marco de la Unión Europea. Los videojuegos empezaron a perder los estereotipos a nivel social, y dejaron de ser productos para personas solitarias, sin amigos, con vestimenta estrafalaria, que no hablaban y que olían mal. Actualmente, los videojuegos son productos transversales que se utilizan en multitud de sectores como la educación, la salud, las ciudades inteligentes, el gobierno abierto, el medio ambiente, transporte, patrimonio, gestión de recursos humanos, y un largo, etcétera.
Mi incesante actividad internacional con otros investigadores me recompensó con estancias de varios meses en universidades y centros de investigación en Tailandia, Italia, Brasil, Ecuador, Japón, Estados Unidos y en México. También me acercó estrechamente a la industria del videojuego en España, lo que me llevó a fundar el Observatorio de Comunicación, Videojuegos y entretenimiento en la Universidad Autónoma de Barcelona con el apoyo del Dr. José Luis Terrón. Incluso a lograr diversas colaboraciones con la Asociación Española de empresas productoras y desarrolladoras de videojuegos y software de entretenimiento (DEV) o con International Games Developer Asociation. Estas colaboraciones no solo me han permitido construir un ecosistema de investigación y relación con la industria, también me han descubierto el valor del trabajo en equipo, lo que implica que una parte importante del reconocimiento que hoy recibo es gracias a las actividades desarrolladas con estos equipos. Los videojuegos no solo te permiten experimentar emociones imposibles en otras expresiones culturales gracias a su interactividad y maravillosas sensaciones a través de la música, gráficos o la narrativa, también te permiten conocer a valiosos profesionales e investigadores.
La financiación es otro tema clave para crecer, estar en la frontera del conocimiento y mantener activas las áreas de investigación con una proyección directa en la sociedad. Esto me llevo a incursionar en el mundo de los proyectos europeos, que a pesar de la cantidad de trabajo que suponen, es inevitable dejarlos, ya que en mi ADN se encuentra la idea de estar permanentemente en colaboración con empresas e instituciones públicas. Estos proyectos, financiados por la Unión Europea, muestran una vez más que los juegos no son solo para “frikies” y que pueden beneficiar incluso a los procesos participativos proporcionando espacios para involucrar a los ciudadanos y ponerles en contacto con las administraciones públicas.
En 2013 tuve la suerte de fundar en Barcelona, junto a otros profesionales mexicanos, la asociación que actualmente presido, la Red Global MX. Gracias a esto han llegado nuevos proyectos como diferentes actividades en la ciudad condal, las estancias de investigación de estudiantes mexicanos en el observatorio que coordino, las diferentes colaboraciones con el Programa "Adopte Un Talento" de la Universidad Nacional Autónoma de México, diferentes charlas en la Ciudad de México, Sonora y Mexicali para apoyar a jóvenes entusiastas de los videojuegos y a emprendedores, entre otras muchas cosas. Muchas de las actividades de la Red Global MX no hubieran sido posibles sin el apoyo del consulado, en especial de la ministra Norma Ang, la Embajadora Oñate, René Uribe, Gabriela Prado y por supuesto sin los miembros de la red que se han involucrado en todas las actividades: Víctor, Martha, Juan Pablo, Brenda, Norma, Alicia, Lupita, Valerie, Pol, Cristian, Álvaro, Rolando, entre otros. Su apoyo constante fue y es clave para la Red Global MX.
Pero nada de esto hubiera podido hacerlo sin la ayuda de mi familia. Por ello, tengo que agradecer su generosidad, respeto y sacrificio por el tiempo que no he compartido con ellos. No tengo cómo pagar a Juanita, mi madre, y a José Luis, mi pareja, todo el apoyo, el cariño y paciencia mostrada en todo momento. Así pues, la mitad de este reconocimiento es suyo también.
Gracias también a mi familia en México: Beto, Lupita, Mariana, Joaquín, Sandy, y a la pequeña Sam. A Frida y a mi pequeño Clemente. A mi familia política en Barcelona, a Alba y Santi que están aquí. Gracias por formar parte de mi vida, con ello han contribuido a ser quien soy. Gracias a los que ya no están conmigo: Severiano, Virginia, Adalberto, Alfonso, Amparo, Diego y Zenqui. A mis amigos y amigas de México, Brasil, Portugal, Tailandia, de Estados Unidos, disculpen que no los mencione a todos, la lista es larga, aunque no los vea a diario los tengo siempre en mi corazón. A los más cercanos, Jorge Egea, Jorge Magallanes, Emiliano, Mel, Mando, Eugenia, Gaby, Martha, Antonella, Alicia y Lupita, y a la querida Yandra. A los colegas de las diferentes universidades donde imparto docencia, gracias porque sin ustedes/ sin vosotros, mi vida no seria igual. Finalmente, moltes gràcies Barcelona, que, a través de diferentes personas me has acogido como mi hogar de origen desde el primer momento en que llegué.
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